martes, 20 de enero de 2015

Concierto: Zahara - Palacio de Alhajadú (4 de enero de 2015)


No había mejor manera que comenzar el año con un concierto. Cuatro días después de dejar atrás un maravilloso año 2014 en el ámbito musical para nosotros, teníamos un cita pendiente con ella, con la chica fabulosa llamada Zahara.

Tras su último paso en Madrid agotando en la Joy Eslava (espero que nos perdone por ir a Polock que también colgaron aquel día el "sold out" en la Sala El Sol) y, tras su confesión de no querer bajar aún de los escenarios pese a estar preparando el que será su tercer trabajo, Zahara nos reuniría a todos de nuevo en una fecha especial. Y no porque pillara aun en plena Navidad-Año Nuevo, sino porque precisamente este concierto iba dedicado a los más pequeños de la casa. Y sí, viniendo de alguien como Zahara, fue algo complicado pero no imposible. ¿Hemos mencionado que el concierto, para delicias de otros muchos, fue en acústico?.

A las 12:00 del mediodía, la "chica pop” apareció clavada en el escenario del pequeño salón de actos ante un público muy variado formado por fans de todas las edades: jóvenes, padres y...¡los hijos de los padres! Que, desde luego queremos destacar, casi se sabían mejor las letras de las canciones que los propios padres.

Todo fue muy agradable, transparente, natural y divertido. Zahara se comportó como una auténtica dama, siendo consciente del tipo de público al que hoy le tocaba encarar. Todo hay que decirlo, pasó la prueba de fuego a la que muchos artistas hubieran sudado la gota gorda, aunque ella seguro que también la sudó a la hora de elegir los temas más adecuados y moderando su lenguaje. Después de unas dulces palabras de agradecimiento y hacernos su promesa de intentar dejar de lado su argot personal para entregarse a los más pequeños arrancó, como no podía ser de otra manera, con la mítica “Leñador y la Mujer América”, un tema bastante movido en la versión de estudio pero que, aún con su voz y en el formato acústico, destilaba pasión.

Entre el setlist podemos destacar “Funeral”, “Merezco”, en donde demostró que puede adaptar los temas más pop a un acústico muy apetecible y curioso. Y es que podemos decir, si nos permitís, que Zahara estaba poniendo el 100% de sí misma en la voz, manejaba la acústica pasando de acordes a arpegios que daba gusto y el tempo lo llevaba clavado en el alma. Y esto, si le sumamos el carisma que gasta, ya sea entre canción y canción con chistes irónicos e "historias personales" o en las propias canciones, os podemos decir que nos hizo de esta mañana navideña una de las más inolvidables.
Uno de los momentos más sentimentales y preciosos del concierto fue cuando comenzaron los primeros jugueteos de guitarra en “El General Sherman y Como Sam Bell Volvió a la Luna” después de contarles a los niños, con mucha paciencia y simpatía, quién era el General Sherman y quién Sam Bell. No pudo faltar “La Mujer Mayúscula y el Mar”, con la historia archiconocida por todos sobre su amiga que se fue de vacaciones a un barco y no quería volver, pero intentando hacerla más light.

Las sorpresas llegaron con las versiones que se marcó (aparte de el tema “Cuéntame” a comienzo de una de sus propias canciones). Una de ellas fue “Bésala” de la película "La Sirenita", muy abrazada por los pequeños protagonistas del día. Zahara imitó los diálogos y todo, por lo que debió sentir nostalgia de cuando le dio por versionearla y subirlo a Youtube (sí, está en Youtube). Otra de las versiones fue “You're The One That I Want” de la película "Grease", que entre acordes rock'n'rollas interaccionó con el público, pidiendo las palmas y prestando su mini pandereta a una dulce niña para que siguiera el ritmo, y oye, qué bien lo hizo también para ser seguro la primera vez. También se marcó una cover de la B.S.O. de la película "Desayuno con Diamantes".

El final no puedo ser más grande, por que cuando en tu discografía tienes un tema elegante y bello como es “Mariposas” sabes que nada puede ir mal (pese a que la pidieron "Olor a Mandarinas"). Y es que aparte de la magia de sus canciones esta chica es mágica de por sí, y se tomó las molestias de bajar del escenario de nuevo con su acústica y recorrerse la sala entera para ver a su público que en esos momentos parecía un campo de flores radiantes de felicidad coreando junto a ella el tema. Fue uno de los mejores momentos del concierto, poder tenerla tan, tan cerca de ti cantando, sintiéndola. Su voz se metía en tu cabeza y se quedaba grabada en lo más profundo de cada uno. Y los niños, boquiabiertos sin quitarle la vista. Al final de “Mariposas” volvió a interaccionar con todos nosotros, haciendo que repitiéramos su “como pudo suceder” haciéndole los coros e intercalando varios tonos de voz, de graves a agudos, altos y bajos, hasta llegar a tonos en la voz prácticamente imposibles de seguir para el público, pero no porque no se pudiese llegar ¿eh?.

El concierto acabó con un público bastante agradecido pero también con pocas ganas de que llegara a su fin. Desde luego que el tiempo pasó demasiado rápido y no hacemos más que pensar en cuándo será la próxima vez que podamos volver a verla. Esperemos que el Sr. Martí Perarnau la ayude, y "mucho", con su nuevo álbum y que vea la luz lo más pronto posible.

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