Hace poco que por primera vez leí el nombre de King Charles y vi una imagen suya y la verdad es que lo primero que pensé es “Joder, este tío es una especie de dios hípster”. Me esperé por tanto uno de estos discos hípster cada vez más frecuentes que por ir de innovadores y especiales acaban sonando a una basura aburrida e inconcreta. No es este el caso en absoluto de "Loveblood", su primer disco. Cuidado con el volumen al poner el disco que más de uno se puede llevar un susto.
Con una
tormenta instrumental en cual destaca una guitarra haciendo un punteo que recuerda al heavy
metal, pero que sin embargo descarga en unos ritmos animados y una pegadiza melodía
comienza "Loveblood". Los agradables coros femeninos y el enamoramiento que desprende la
letra hacen que esta canción se gane la simpatía del oyente antes de llegar a la mitad del tema.
Le prosigue en el "Mississippi Isabel", tan animada como el tema anterior y con este estilo tan
inclasificable que hallaremos en prácticamente todos los temas. De verme obligado a
clasificarlo lo haría en el estilo de más amplio registro de la actualidad: el indie, por actitud y el
sonido agudo y limpio de las guitarras.
"Bam Bam", el tercer tema del disco sigue mostrando una muy fuerte personalidad y
originalidad por parte de King Charles, llama la atención el acompañamiento de piano clásico a
tempos muy animados, así como miles de sonidos e instrumentos difíciles de encontrar en la
gran mayoría de la música popular. El estribillo que nos dice "She keeps me warm in the cold
night" es una pista de que las letras del álbum se van a centrar casi en su totalidad en el tema
del amor, al igual que el inicio de la siguiente canción "never let a woman go, even when you
know she can always be replaced" en "Love Lust", en la cual sorprende gratamente por un break
musical de rock del más tradicional tras un largo inicio de coros armónicos prácticamente a
capella.
Hasta este punto el nivel del álbum es sorprendentemente elevado, y aunque "Polar
Bear" no está al nivel de las anteriores, tal vez por llevar un enfoque más oscuro, también sigue
siendo muy King Charles marca registrada.
Llegamos al ecuador del disco y casualidad o no también alcanzamos el clímax de exotismo
que nos da este disco con "Lady Percy". Este tema con tambores y marimbas es capaz de
transportarnos a una playa con cocos, flores y aguas cristalinas, además de los ya habituales
coros que lo hacen el ambiente más fiestero y “buenrollista”.
Nos topamos ahora con uno de los singles "Ivory Road", que empezando relajado nos lleva en un
trote a crescendo hasta un estribillo acompañado de palmas y un punteo juguetón de fondo. A
estas alturas ya queda claro que además de saber hacer buenos temas, King Charles se
desenvuelve muy bien con la guitarra. La canción continua alternando partes que podrían
encajar hasta en una ópera con otras, que como ya he mencionado, van a trote.
Otro de los grandes temas del disco en el que colaboran nada más que Mumford and Sons aparece ahora: "The Brightest Lights". Una letra más personal y filosófica en este tema es cantada en un estribillo que se magnifica con otros multitudinarios coros. Nos vemos sorprendidos de nuevo por una gaita que suena lejanamente ya avanzada la canción.
Entramos ya en la recta final del disco con "Beating Hearts" y "Coco Chity". Esta última no nos sorprende tanto por su estilo, ya que es de lo más "normalito" que encontramos en el tema, pero si destaca por su melódica y su emotiva letra (pero no esperéis aquí alguna sorpresa, también es de amor). Y ya estamos en el último tema del disco, "Wilde Love", digno también de actuar como telón, con un ritmo moderado y un nuevo recurso en los coros: las voces infantiles. Estas le añaden un factor melancólico de despedida, pero lo transforman a su vez en una de esas despedidas que en el fondo te dejan con una sonrisa mientras sufres porque se acaba.
En definitiva, tiene toda la pinta de King Charles ha aparecido de la nada para asentarse en el mundo de la música más moderna dentro del rock, sin tampoco inventar ningún estilo nuevo pero si aportando múltiples ideas que le caracterizan al instante.
Texto: Lucas B.
Otro de los grandes temas del disco en el que colaboran nada más que Mumford and Sons aparece ahora: "The Brightest Lights". Una letra más personal y filosófica en este tema es cantada en un estribillo que se magnifica con otros multitudinarios coros. Nos vemos sorprendidos de nuevo por una gaita que suena lejanamente ya avanzada la canción.
Entramos ya en la recta final del disco con "Beating Hearts" y "Coco Chity". Esta última no nos sorprende tanto por su estilo, ya que es de lo más "normalito" que encontramos en el tema, pero si destaca por su melódica y su emotiva letra (pero no esperéis aquí alguna sorpresa, también es de amor). Y ya estamos en el último tema del disco, "Wilde Love", digno también de actuar como telón, con un ritmo moderado y un nuevo recurso en los coros: las voces infantiles. Estas le añaden un factor melancólico de despedida, pero lo transforman a su vez en una de esas despedidas que en el fondo te dejan con una sonrisa mientras sufres porque se acaba.
En definitiva, tiene toda la pinta de King Charles ha aparecido de la nada para asentarse en el mundo de la música más moderna dentro del rock, sin tampoco inventar ningún estilo nuevo pero si aportando múltiples ideas que le caracterizan al instante.
Texto: Lucas B.
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